Hay momentos en los que una industria necesita detenerse, levantar la vista y animarse a mirar más allá de sus propios bordes. En el agro argentino, ese momento parece haber llegado. Entre márgenes ajustados, exigencias globales, presión por sustentabilidad y modelos productivos que empiezan a mostrar fatiga, emerge una necesidad: abrir la cabeza.
Abrirla de verdad. No con discursos, sino con experiencias que incomodan, sorprenden y enseñan.
Con esa convicción nació Patagonia & Vaca Muerta, el nuevo programa del Club AgTech. No es un viaje —porque no vamos a descansar— sino una inmersión profunda en territorios donde la energía, la tecnología, los alimentos, la ciencia y la tierra conviven sin pedir permiso. Regiones donde los ecosistemas productivos se mueven rápido, se reinventan y aprenden a coordinarse con una precisión que desafía cualquier prejuicio.
Durante cinco días, un grupo de empresarios del agro recorrerá zonas donde todo está en transformación: campos que hace décadas apuestan al manejo del agua y la reconstrucción del suelo; ciudades que crecen empujadas por una industria energética de escala global; polos tecnológicos que nacen para dar talento y sofisticación a sectores maduros; laboratorios que unen alimentos con oil & gas; emprendimientos que producen proteína animal para el mundo desde el corazón de la Patagonia; equipos científicos que fabrican satélites, reactores y tecnologías que pocos países son capaces de desarrollar.
La pregunta es simple y profunda a la vez:
¿Qué puede aprender el agro de estos mundos que, en apariencia, no tienen nada que ver con él?
De la energía, la idea de escala y coordinación.
De la ciencia, la paciencia y el método.
De la tecnología, la capacidad de multiplicar capacidades.
De la regeneración, que producir puede ser sinónimo de sanar.
De los territorios patagónicos, que el futuro no se adivina: se construye.
Este programa es una invitación a ver el agro desde afuera para poder pensarlo desde adentro con nuevas preguntas. A entender que los grandes saltos no siempre nacen dentro del propio sector, sino en el cruce con otros.
Porque ahí, en esas intersecciones, es donde empiezan los futuros posibles.
A la vuelta compartiremos los aprendizajes, las conversaciones inesperadas y las ideas que nazcan en el camino.
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