Para el año 2030 la Organización de las Naciones Unidas (ONU) señala una población mundial compuesta por alrededor de 8.600 millones de personas. Incluso, apunta que para el año 2050 ese número escalará a los 9.800 millones.
La posibilidad de producir carne “artificial” en un laboratorio era ciertamente impensable unos años atrás. Sin embargo, los avances en biotecnología, ingeniería de tejidos, biología sintética y tecnología de alimentos han abierto una puerta que no parece que vaya a cerrarse pronto.
¿Qué es la carne sintética?
La carne sintética, también conocida como carne cultivada, carne in vitro o carne de laboratorio, es un producto alimenticio innovador que está ganando popularidad en todo el mundo. Se trata de una alternativa sostenible y ética a la carne convencional, ya que se produce a partir de células animales cultivadas en laboratorio, sin necesidad de criar y sacrificar animales.
A nivel mundial, el mercado de carne sintética aún se encuentra en sus primeras fases de desarrollo. Producir este tipo de producto en grandes cantidades, tal como para el consumo humano, resulta todavía sumamente costoso y complejo.
Para la producción de un kilo de carne sintética de laboratorio, 50 mil millones de células deben ser generadas in vitro, fuera del animal, de modo de producirse la formación de las fibras musculares que luego se cosechan y procesan.
En efecto, una hamburguesa de tamaño regular requiere de unas 20.000 de estas hebras musculares. La primera hamburguesa producida con esta tecnología fue valuada en unos USD 300.000. Con desarrollo e investigación, hoy ese precio disminuyó considerablemente a un par de miles de dólares. Sin embargo, sigue siendo de difícil acceso.
Carne sintética vs carne natural
La respuesta está en la tecnología utilizada para producir ambos productos y en la necesidad de mejorar la sostenibilidad y eficiencia de la producción de alimentos.
La producción de carne convencional requiere grandes extensiones de tierra para la cría de animales y la producción de alimento para estos, lo que a su vez genera una gran cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero y contribuye a la deforestación y pérdida de biodiversidad.
Es aquí donde la carne sintética puede jugar un papel importante. Al producirse en laboratorio a partir de células animales, la carne sintética requiere mucho menos espacio y recursos que la carne convencional, lo que la convierte en una alternativa más sostenible y eficiente para el agro.
Entre las ventajas que abre esta nueva oportunidad de producción de carne sintética, hay quienes afirman que la carne artificial desempeñará un rol central respecto a la seguridad alimentaria. En tanto, permitirá satisfacer la creciente demanda de alimentos que, se espera, tendrá lugar a medida que aumente también la población mundial.
Ahora bien, la incertidumbre respecto a la factibilidad técnica de producir carne sintética a gran escala aún no permite afirmar si esta se impondrá como un producto de consumo masivo o si, por el contrario, se tratará de un producto de nicho. El escenario que hoy parece dibujarse tiende a la coexistencia y convivencia de un sistema productivo de carne tradicional y un sistema productivo de carne artificial.